Los padres juegan un papel importante en ayudar a sus hijos a establecer hábitos de sueño saludables que, con suerte, permanecerán con ellos por el resto de sus vidas. Los niños y adolescentes necesitan rutinas predecibles para la hora de acostarse, horarios adecuados para su edad, ambientes cómodos para dormir y más. Siga leyendo para obtener un desglose rápido de consejos para un sueño saludable.
Crear una rutina: Las rutinas a la hora de acostarse no son solo para bebés y niños pequeños. Tener una rutina predecible ayuda a los niños de todas las edades a relajarse antes de acostarse y disfrutar de una noche de sueño más tranquilo. También es el momento perfecto para asegurarse de que los niños se laven los dientes y se ocupen de otros asuntos de higiene personal. Los niños más pequeños a menudo disfrutan de un baño tibio y un cuento antes de dormir para ayudarlos a prepararse para dormir. Las rutinas para niños mayores y adolescentes podrían incluir escuchar música, leer un libro solos o hablar con uno de los padres sobre su día.
tener una hora de acostarse: Tener una hora fija para acostarse cada noche es una de las mejores cosas que puede hacer para ayudar a mantener el ritmo circadiano natural de su hijo. Aunque su hijo no tiene que quedarse dormido en este momento, sí necesita estar en su habitación con las luces apagadas. Los niños pueden participar en una actividad tranquila, como hablar con un padre o un hermano o leer un libro en la cama. Puede calcular la hora ideal de acostarse de su hijo observando la hora a la que necesita despertarse para ir a la escuela y haciendo una referencia cruzada de su edad con la cantidad ideal de sueño. Por ejemplo, un niño de once años que tiene que despertarse a las 7 de la mañana debe estar en la cama a las 10 de la noche como muy tarde.
Desenchufar: Para niños mayores y adolescentes, es especialmente importante hacer cumplir un toque de queda tecnológico. Los teléfonos, computadoras portátiles y otros dispositivos electrónicos deben apagarse o guardarse al menos una hora antes de acostarse. Los teléfonos no solo son una distracción, sino que la luz azul emitida por las pantallas tiene un efecto negativo en el ritmo circadiano natural del cuerpo. La exposición excesiva a la luz azul puede causar trastornos del sueño y del estado de ánimo, así como afectar las hormonas de su hijo.
No cambies la hora de dormir: A pesar de lo tentador que puede ser dejar que su hijo se quede despierto hasta tarde los fines de semana y las vacaciones escolares, no querrá que sus patrones de sueño se desvíen demasiado de sus horarios habituales para acostarse y despertarse. En la medida de lo posible, trate de hacer cumplir una hora de acostarse dentro de una hora más o menos del horario habitual de su hijo, incluso en días festivos y fines de semana.
Asegure una habitación cómoda: Los niños deben tener un lugar tranquilo y reparador para conciliar el sueño, con luces tenues y un colchón cómodo. Los niños más pequeños pueden solicitar una luz de noche o una máquina de sonido para ayudarlos a conciliar el sueño. Considere poner música suave a la hora de acostarse y evite tener un televisor en el dormitorio. De hecho, la habitación de su hijo debe ser una zona libre de pantallas después de que se apaguen las luces. Por último, asegúrese de que la temperatura en la habitación de su hijo sea tolerable y considere agregar un ventilador, un calentador o un humidificador de vapor frío si es necesario.
Si tiene alguna pregunta o inquietud sobre los hábitos de sueño de su hijo, llámenos hoy para programar una cita con uno de nuestros amables pediatras certificados por la junta.