Qué hacer si le preocupa que su hijo esté siendo intimidado


Por: Dra. Elizabeth Conway-Williams

Como padre, hay una sensación de impotencia y de hundimiento en el estómago la primera vez que escucha a su hijo describir a un compañero que está siendo hiriente. Los sentimientos de “mamá oso” pueden brotar junto con sus propios recuerdos de humillación y vergüenza. Sin embargo, antes de actuar sobre estos impulsos protectores, es mejor hacer una pausa para comprender mejor la situación de modo que podamos ayudar a nuestro hijo a manejar la situación de una manera que sea útil a largo plazo.

Primero, hable con su hijo sobre lo que ha sucedido. Trate de no apresurarse a sacar conclusiones y haga una pausa antes de actuar. Tómese el tiempo para hacer preguntas abiertas (“¿Qué pasó?”) en lugar de preguntas de “sí o no” y realmente escuche la experiencia de su hijo. Mientras su hijo habla, reflexione no solo sobre los hechos de lo que sucedió, sino también sobre los sentimientos de su hijo. Una vez que su hijo haya descrito el evento en sí, puede hacerle preguntas para ayudarlo a comprender la dinámica del “panorama general” en juego. ¿El niño acosador es típicamente un amigo? ¿Un extraño? ¿La mayoría de las interacciones son así? ¿Qué nota su hijo acerca de cómo actúa el otro niño, con sus compañeros y en la escuela en general?

Estas conversaciones tienen dos propósitos importantes.

• Escuchar primero lo ayudará a usted, como cuidador, a tener una comprensión más clara de lo que sucedió y lo que se necesita en el futuro.

• En segundo lugar, y quizás lo más importante, ayuda a que su hijo se sienta escuchado y apoyado. Como padres, no podemos ni debemos proteger a nuestros hijos de todas las situaciones incómodas o difíciles. Sin embargo, al hacerles saber que estamos allí para ayudarlos, empoderamos a nuestros hijos para que puedan enfrentar los desafíos a medida que se presenten.

En las dificultades con los compañeros, puede ser útil considerar si el comportamiento del otro niño fue grosero (impulsivo, falto de modales o sin tener en cuenta los sentimientos de los demás), mezquino (hiriente a propósito, a menudo debido a la ira, ocurriendo una vez o muy ocasionalmente) o intimidación, que es daño intencional, con un desequilibrio de poder, que ocurre repetidamente.

El acoso puede adoptar múltiples formas: verbal, físico, relacional o ciberacoso. En cada caso, el “acosador” tiene más poder sobre el niño “acosado”, y la agresión ocurre repetidamente ya propósito. Mira aquí para obtener más información sobre esta distinción.

Los niños y adolescentes todavía están aprendiendo a llevarse bien con los demás, y todos los niños ocasionalmente cometen errores sociales que hieren los sentimientos de los demás. Si lo que sucedió parece estar en la categoría de “grosero” o “malo”, empatice con su hijo acerca de cómo se sintió. Pregúntele a su hijo si le gustaría hablar con usted sobre cómo podría hablar con su compañero sobre el incidente, o si piensa cómo le gustaría responder si se encuentra en una situación similar en el futuro. En estas situaciones, especialmente con un niño mayor o un adolescente, puede preguntarles cómo les gustaría que los ayudara. Si un adolescente solo busca apoyo por una pelea con un amigo, pero sus padres se comunican con la administración de la escuela en contra de su voluntad, esto puede interrumpir la comunicación en el futuro.

Sin embargo, si le preocupa que su hijo esté siendo intimidado, se necesita la intervención de un adulto. Comuníquese con el maestro de su hijo (o el adulto presente relevante) para informarle sus inquietudes y pedirle que lo vigile e intervenga cuando corresponda.

Agradezca a su hijo por hablar con usted sobre la situación, hágale saber que hizo lo correcto y pregúntele si le preocupa contarle a los adultos. La comunicación abierta continua con su hijo y el maestro es importante para garantizar que el comportamiento se detenga. Controle regularmente para asegurarse de que la situación está mejorando.

Para obtener más orientación sobre cómo entrenar a los niños para que respondan al acoso, haga clic aquí y aquí.

El acoso, particularmente cuando es grave, duradero o no se aborda, puede tener un impacto profundo en la salud mental y el funcionamiento escolar de los niños y adolescentes.

Si está preocupado, programe una cita para hablar con su pediatra y/o un proveedor de salud del comportamiento para obtener apoyo adicional.