A medida que los niños y adolescentes se adaptan al nuevo año escolar, la emocionante “fase de luna de miel” puede estar desapareciendo y el verdadero trabajo está comenzando. Con esto, algunos niños pueden comenzar a experimentar dificultades. Los padres y cuidadores pueden considerar lo siguiente para apoyar a los niños que tienen dificultades para adaptarse:
1. Hágales preguntas a sus hijos para promover la resolución de problemas. Cuando vemos que nuestros hijos tienen dificultades, es normal querer arreglarlo. ¡Padres al rescate! Pero, nuestros niños aprenden y crecen más cuando los ayudamos a identificar y trabajar para resolver los problemas por sí mismos de manera apropiada para su edad. Si su hijo llega a casa y dice que “¡odia la escuela!”, no ceda a su impulso de llamar inmediatamente al maestro y pedir cambios. Primero, hágale saber a su hijo que lo escucha. “¡Hombre, el cuarto grado ha sido realmente difícil hasta ahora! Hablemos de eso”. Luego, busque un momento tranquilo y un lugar acogedor para sentarse y escuchar a su hijo. Comience con preguntas abiertas (“Pareces realmente molesto. ¿Qué pasó hoy?”). Mientras su hijo habla sobre lo que está pasando, puede hacerle preguntas para ayudarlo a reflexionar sobre lo que está pasando. ¿Es que ella no conoce a nadie en su clase? ¿Que está ansiosa por el gran informe del libro que la maestra anunció hoy? ¿O que ella no entiende el trabajo de matemáticas? A medida que hablen juntos y se acerquen a la fuente de su lucha, ambos estarán listos para pensar juntos sobre quién o qué puede ayudar a que las cosas mejoren. Es posible que aún desee enviarle un mensaje al maestro después de esa conversación, pero con una idea mucho más clara sobre lo que está sucediendo y cómo usted, su hijo y su maestro pueden trabajar juntos con éxito.
2. Normalice los “baches en el camino” y comunique expectativas positivas. El cambio es difícil. Si los niños tienen dificultades después de un gran cambio, puede ser útil hacerles saber que esto les sucede a muchos niños, que pueden esperar que sea más fácil con el tiempo y que usted está allí para ayudarlos a superarlo. A veces, los padres comparten accidentalmente sus miedos en lugar de sus esperanzas con sus hijos. Esto, a su vez, puede llevar a los niños a esperar lo peor para ellos mismos y crear una “profecía autocumplida”. La idea de “mentalidad de crecimiento” es relevante aquí (ver este video para un resumen rápido). Hágales saber a sus hijos que incluso si algo es difícil ahora, las habilidades mejoran con la práctica y que usted cree en ellos. Esto no significa tener “falsa positividad”, y a veces los niños necesitan ayuda adicional para tener éxito. Pero ayudamos a los niños a desarrollar resiliencia enseñándoles a creer en su propia capacidad para crecer y superar los desafíos.
3. Los pequeños hábitos pueden marcar grandes diferencias. Un factor que es fácil pasar por alto cuando los niños tienen dificultades es el papel de nuestros hábitos y rutinas diarias. Si su hijo tiene dificultades, puede pensar en los hábitos diarios “simples” que pueden estar afectando el éxito diario. ¿Su niño o adolescente sigue acostándose tarde y luego tiene dificultades para salir por la mañana? ¿Están teniendo tiempo al aire libre? ¿Están desayunando? Ver pautas de la Academia Estadounidense de Pediatría para comparar los hábitos diarios de su hijo con lo que se recomienda.
4. Pide ayuda. Es una buena idea comunicarse con el maestro y la escuela de su hijo acerca de sus inquietudes, especialmente si los problemas persisten. La dificultad continua podría ser una señal de que algo más está sucediendo, como un trastorno de aprendizaje, de atención o de salud mental, y su estudiante puede beneficiarse de un apoyo adicional. Si su hijo ya tiene un diagnóstico (como TDAH), puede hablar con su maestro sobre las adaptaciones, intervenciones y recursos disponibles para ayudarlo a prosperar. Tus médicos también están aquí para apoyarte; llame a Hendersonville Pediatrics para obtener más información y/o programar una cita.